| Junto al crecimiento demográfico llegó el crimiento económico. El XIX fue el siglo de las «fiebres». Primero fue la «fiebre de la minería del plomo»: hacia 1850 se explotaban en el término municipal benaducense 100 minas de galena plomiza, cuya producción alcanzaba 80.000 arrobas anuales; funcionaba una importante fábrica de fundición de plomo, denominaba «La Palma», en donde a buen seguro, junto con la de Zamarula en Huércal, se quemaron los centenarios olivos del valle y desforestaron el escaso monte que disponía. Benahadux, al igual que gran parte de la provincia, vivió también el efímero período de la «fiebre de la parra» o de la «uva de embarque» (hacia finales del siglo XIX y primer tercio del XX), que se exportaba por el puerto de Almería hacia Inglaterra y Estados Unidos. Destacaban en Benahadux las plantaciones de parrales del marqués del Cadimo.
Este empuje demográfico y económico trajo también una temprana formación de la identidad benaducense, solicitando el ayuntamiento constitucional en 1825 el deslinde del término municipal de Benahadux con los pueblos comarcanos, especialmente con Gérgal, contra cuyos vecinos se plantearon varios expediente. Será en 1850 cuando definitivamente se reconozca el actual deslinde jurisdiccional de los términos de Benahadux.
El siglo XIX se salda también con importantes avances en las comunicaciones: se acondiciona la carretera de Almería a Granada, y se construye la línea del ferrocarril Linares-Almería, cuyo tramo Santa Fe-Almería quedó inaugurado en agosto de 1893.
El paisaje agrario en este siglo sufrió un cambio espectacular: los centenarios olivos fueron arrancados y casi toda la vega se dedicó al cultivo de cereales, que demandaba una población en crecimiento vertiginoso. Dato curioso fue el cultivo de la caña de azúcar en la vega de Benahadux a finales del siglo. La propiedad siguió estando dominada, como en todo el Bajo Andarax, por grupos sociales oligárquicos de la ciudad de Almería.
Ya en nuestro siglo XX, el cambio más significativo que se ha producido en el paisaje agrario ha sido el aumento de las tahúllas de riego a 2.146 y, sobre todo, las masivas plantaciones de cítricos (naranjos fundamentalmente), a partir de los años 20, quedando reducida enormemente la extensión de las tierras calmas y del parral. Tomaba así su fisonomía actual la huerta de Benahadux, que recientemente se ha especializado en la mandarina.
En 1957 la distribución de los cultivos era la siguiente: 1.789 th. de naranjo, 27 th. de limoneros, 134 de patatas y 179 de cereales. | |
"Casa popular"
En cuanto a la propiedad, se caracteriza por la polarización entre un predominio absoluto de minifundismo y la subsistencia de una importante concentración: así, mientras más del 81,5 por 100 son pequeños propietarios que controlan el 47 por 100 de la superficie irrigada, los medianos y grandes propietarios suponen tan sólo el 18,5 por 100, pero controlan el 53 por 100 de la superficie.
En la evolución reciente de la población, se distinguen dos períodos contrapuestos: los años 1940-1970, caracterizados por un fuerte retroceso (-0,58 por 100 anual), paralelo a una importante emigración, que se ha dirigido a Cataluña y a la propia Almería y El Ejido, así como a Alemania y Francia; y la década 1981-1991, en que se produce en considerable aumento de la población, ostentando Benahadux el crecimiento más importante de todos los pueblos del Bajo Andarax y uno de los mayores de la provincia (2,44 por 100 anual). Este crecimiento se explica por una numerosa inmigración, sólo superada en la zona por la vecina Huércal.
La estructura por edades señala una población madura, con un grupo reducido de jóvenes (0-15 años), que supone el 33,13 por 100 del total, un abultado grupo de adultos (16-64 años) integrado por el 62 por 100 y un pequeño sector de ancianos (10,57 por 100). Respecto a la estructura socioprofesional, es curioso observar cómo, pese a ser un municipio tradicionalmente agrícola, el sector primario (agricultura) ocupa un porcentaje muy reducido de la población activa (11,70 por 100), mientras que el secundario (industria) da trabajo a más de la mitad de la población (52,92 por 100) y el sector terciario (comercio, transporte y servicios en general) ocupa a más de un tercio (36,64 por 100).
En relación con el trabajo, Benahadux presenta un elevado índice de población activa (47,35 por 100), situándose la tasa de paro por debajo de la media nacional (13,61 por 100). Todos son signos de una importante modernización de la sociedad benaducense, aunque sería aconsejable evitar una excesiva dependencia del exterior, pues más de la mitad de los que estudian o trabajan tienen que desplazarse a otros municipios, fundamentalmente a Almería.
"Palmeral" | |