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    Nuestros orígenes


Gérgal, en algunas crónicas denominada Xérgal, era una fortaleza que gobernaba el cruce de los caminos que comunicaban Fiñana con Tabernas y Almería con la parte occidental de la sierra de los Filabres. En torno a la fortaleza se apretujaban 200 casas más bien pequeñas y pobres hechas de tierra y losas y cubiertas también con losas de pizarra, de la que se componen los montes y la sierra en muchas leguas a la redonda.

Siete hornos de pan de cocer, ocho molinos harineros, tres almazaras y un alfar de cántaros, ladrillos y tejas constituían los servicios e industria del lugar, según nos informa el padre Tapia en su Historia General de Almería y su Provincia. Su mojonera tiene doce leguas en redondo..

Como mojones se señalan en la linde con Alboloduy, Almería, Tabernas, Olula de Castro, Bacares, Serón y con Baza. Era tierra pobre y solitaria, habitada de antiguo por eremitas, mozárabes y musulmanes, como lo prueban sepulturas de santones que dan nombre a algunos lugares de sus lindes, como la sepultura de Cabrimesma o Cabalgaci, etc. .


"Castillo de Gérgal"

"Barriada minera"

En el período 1489-1522, los Reyes Católicos dieron en régimen de señorío a Don Alonso de Cárdenas, maestre de Santiago, la villa de Xérgal y su tierra, cerca de Almería, según un documento del archivo de Simancas, el día 24 de junio de 1492. En 1572 el señorío de Gérgal es incrementado con las poblaciones de Bacares, Velefique y Febeire bajo el señorío de Don Alonso de Cárdenas y Portocarrero, conde de la Puebla.

En 1568, en la rebelión y guerra de los moriscos, Gérgal, cabeza del señorío del Conde de la Puebla, también se alzó. Diose la circunstancia de que el conde no tenía soldados de la fortaleza, solamente al morisco Francisco Portocarrero como alcaide y gobernador del señorío, por lo que los vecinos cristianos viejos confiaron en ellos y fueron traicionados.

Los Portocarrero, padre e hijo, encerraron con engaños a los cristianos viejos en el castillo y los degollaron. Cuando llegaron los moriscos de la Alpujarra, Gérgal estaba en manos de sus propios moriscos, pero cuando tuvieron noticias de que el marqués de los Vélez entraba con 15.000 hombres para reducir a los rebeldes, los moriscos de la Alpujarra y los Portocarrero con sus secuaces abandonaron Gérgal.