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Siglos XIX y XX en Mojácar

En siglo XIX se inicia con la Guerra de La Independencia que dejará tristes secuelas estas tierras con la incursiones de las tropas francesas. El hambre, la fiebre amarilla y viruela asolan Mojácar en 1812 el año más negro de su historia contemporánea.
A partir de 1838 se descubre un filón de plata en Sierra Almagrera con lo que se ponen en Mojácar y alrededores varias minas en explotación. Se instala un alto horno de fundición de plomo en la playa que será el primero de Almería y Segundo de España. Esta será una época de esplendor para toda la zona cuando Mojácar alcanza su máximo demográfico: 6.382 habitantes según el censo de 1887.
Al comienzo de la II República se cierran todas las minas y se entra en una grave crisis lo que provocará una oleada de emigraciones hacia Argentina y Estados Unidos. Entre ellos dice la tradición que José Guirado Zamora, nacido en Mojácar en 1901 llegaría a ser famoso con el nombre de Walt Disney.
La guerra Civil, la posguerra y la sequía sumieron de nuevo a Mojácar en una profunda depresión llegando al mínimo histórico: 300 habitantes. Los mojaqueros de nuevo emigran ahora hacía Cataluña, Andorra, Francia y Alemania. Se inaugura la década de los 60 con un pueblo mal comunicad, sin agua corriente, sin electricidad ni teléfono. Pero surge el Milagro.
A mediados de los años 50 el pintor almeriense Jesús de Perceval funda el Movimiento Indaliano que encuentra su capital estética y sus raíces en Mojácar y que propagará por toda España su nombre su magia y sus encantos.


" Emigrantes embarcándose en Garrucha, camino de Oran, 1905."

Pero a todo esto le faltaba un alcalde entusiasta dispuesto a sacar a su pueblo del letargo puro. Dicho alcalde. Sr. D. Jacinto. comenzó a ofrecer solares gratis a quien restaurara la casa derruida; ofrece Mojácar como escenario de películas; da todo tipo de facilidades a quien quiera instalarse aquí. Poco a poco, comienzan a llegar intelectuales, artistas, periodistas, diplomáticos, bohemios, etc fascinados por aquel enclave único y por la bonanza de sus gentes, su luz y sus playas.
Se comienzan a construir hoteles, complejos, urbanizaciones y se consigue encalar de blanco sus casas. A finales de los sesenta se le concede el premio “embellecimiento y mejora de los pueblos de España”.
Hoy Mojácar es un pueblo que se mantiene fiel a su arquitectura, al color de sus casas blancas, a sus espacios protegidos, medio ambiente, playas, calas y rincones.
Es fiel a su símbolo mágico EL INDALO. que naciendo en la prehistoria se utiliza desde entonces como símbolo de suerte y ahuyentador de malas vibraciones. Constituye un auténtico totem entre la historia y la leyenda. La magia y la prehistoria.
Mojácar es hoy crisol de culturas, con uno de los censos más internacionales de España que viven aquí prácticamente todo el año.