La idea de crear un museo arqueológico en Vélez Rubio partió de D. Miguel Guirao Pérez y su familia, al comprender que su colección, formada durante muchos años de interesada búsqueda, podría ser útil exponiéndola públicamente. Tras varios intentos fallidos (1974, 1977 y 1984) sucesivos ofrecimientos de la familia para aportar los materiales, aún a pesar de la buena voluntad de varios responsables políticos, no fue posible realizar la donación, ejecutar la rehabilitación del edificio y proceder al montaje del museo, hasta que, en 1988, la Corporación Municipal presidida por D. Luis López Giménez, inició y materializó el proyecto durante varios años, valiéndose para ello de sendas Escuelas Taller, cuyo módulo de arqueología fue responsabilidad del arqueólogo Martín Haro Navarro.
La colección está compuesta por varios miles de piezas inventariadas que comprenden una sucesión de materiales, desde las fases más primitivas de la Prehistoria, hasta objetos históricos contemporáneos de cultura popular en su parte etnográfica, ofreciendo una muestra progresiva y didáctica muy completa.
Con la fundación del Museo se pretende mostrar una significativa y variada colección del patrimonio arqueológico de todos los pueblos de la Comarca y otros lugares, especialmente del Sureste y Andalucía; concienciar sobre la necesidad de su protección y conservación; facilitar el estudio e investigación de las tierras velezanas; garantizar la correcta exposición y / o depósito de nuevos hallazgos o colecciones; utilizar un nuevo recurso didáctico y cultural para los escolares y vecinos en general y servir como destacado instrumento y aliciente complementario para enriquecer la oferta turística de la zona.
Para su organización, el nuevo centro cuenta con un Patronato compuesto por representantes de la Familia Guirao-Pineyro y del Ayuntamiento de Vélez Rubio; una Comisión Consultiva integrada por coleccionistas, arqueólogos, aficionados y amigos del Museo y un responsable de su funcionamiento, D. Antonio Sánchez Guirao. El servicio diario está a cargo del personal designado por el Ayuntamiento de la localidad.
Todos ellos, con el concurso de los vecinos, colectivos sociales y administraciones públicas interesadas, deberán hacer frente a los retos que se planteen en el futuro: mantenimiento del Museo en las condiciones adecuadas; renovando y mejorando el contenido y disposición de las salas; adaptándose a las nuevas necesidades y demandas educativas y sociales; incrementando los fondos etnográficos, naturales e históricos de la Comarca; animando y gestionando nuevas donaciones de materiales; integrándose de manera efectiva en la Red Andaluza de Museos; difundiendo y promocionando la imagen del Museo y dinamizando la realización de actividades que le son propias, como la investigación, las exposiciones temporales, conferencias, divulgación y defensa del patrimonio histórico-artístico, natural y popular, etc.
El territorio que ocupa la Comarca de los Vélez, actualmente conformado por los municipios de Chirivel, María, Vélez Blanco y Vélez Rubio, al norte de la Provincia de Almería, se localiza en el sector más oriental de las Subbéticas andaluzas, constituyendo parte del límite entre las altas tierras penibéticas y las llanuras litorales almerienses y murciano-levantinas. Su posición geográfica de carácter fronterizo, la variedad de sus paisajes y la relativa consideración de sus elementos naturales ha posibilitado históricamente el asentamiento de diferentes comunidades humanas, que han aprovechado los recursos y han dejado restos culturales de cierta consideración.
Aunque conviene recordar que el famoso y controvertido yacimiento de Venta Micena (Orce), excavado por el profesor José Gibert, se haya a escasa distancia del término municipal de María, y que disponemos de algunos fragmentarios y dispersos testimonios arqueológicos del paleolítico superior localizados en Los Vélez, la Cueva de Ambrosio (V. Blanco) es, hoy por hoy, el asentamiento más intensamente utilizado por diferentes pueblos desde el Paleolítico hasta la época de los metales. El lugar se conocía desde comienzos de siglo, peras campañas de excavaciones más intensas y sistemáticas se han producido a partir de los años 40, en especial las que desde hace varios años dirige Sergio Ripoll y nos siguen proporcionando una rica y, en alguna ocasión, espectacular información.
Del periodo Neolítico y el Cobre contamos con mayor abundancia y variedad de asentamientos (Cerros de los López y Redondo en V. Rubio), dados a conocer por Miguel Guirao Pérez, ubicados cerca de tierras aptas para el cultivo de cereal o huerta; pero destaca especialmente el denominado Cerro de las Canteras (V. Blanco), próximo al Río Corneros; descubierto y estudiado por el farmacéutico y entusiasta de las antigüedades arqueológicas velezanas, D. Federico de Motos Fernández (1865-1931), quien llegó a prospectar y excavar numerosos yacimientos de la Comarca y acompaño a eminentes arqueólogos del momento a visitar la zona. Su considerable colección se halla repartida entre el Museo Arqueológico Nacional y el Museo de Prehistoria de Valencia.
Las pinturas rupestres, del realismo al naturalismo y pertenecientes a diferentes periodos prehistóricos, tienen en los Vélez una especial representación: Estrecho de Santonge, Gabar, Chiquita de los Treinta, Cueva del Queso (Sierra de María), Abrigos de los Molinos, etc; pero, sin duda, el abrigo o <<Cueva de los Letreros>> difundida por primera vez en 1868 por Manuel Góngora Martínez, y declarada Monumento Histórico Nacional desde 12924, constituye una de las imágenes más difundidas de la Comarca, conocida a nivel internacional. Éste y otros descubrimientos arqueológicos motivaron a famosos científicos y hombres de ciencia a visitar la zona: Breuil, Siret, Martínez de Castor, Pérez Díaz, Hubner, Pericot, Obermaier, J. Cabré, etc. Merecen destacarse, no obstante, los trabajos de análisis, sistematización y difusión de las pinturas rupestres, efectuados recientemente por Julián Martínez García.
El poblamiento de la zona durante el III milenio a de Cristo parece tener un desarrollo autóctono, teniendo su origen inmediato en los yacimientos pertenecientes al neolítico final u horizonte de la Cultura de Almería (Canteras y los López). Su rasco más sobresaliente es el conocimiento de la tecnología del cobre. Los lugares más significativos son Cerro Redondo (V. Rubio), y, una vez más, el Cerro de las Canteras.
La denominada <<Edad del Bronce>> (II milenio) conoce una relativa proliferación de asentamientos en el Sureste Peninsular, con un apreciable grado de diferenciación social y económica. En el Pasillo de Chirivel (entre las Sierras de María-Mahimón, al norte, y las Estancias, al sur) se han detectado algunos elementos pertenecientes a la cultura del Argar, pero el segundo nivel del Cerro de los López es el que actualmente nos aporta la mayor y más significativa cantidad de piezas del periodo aludido.
Las antigüedades romanas han centrado desde siempre la atención de los curiosos y aficionados a la arquelogía. Son muy numerosos, aunque dispersos, los hallazgos casuales o provocados de piedras con inscripciones, tesorillos como los de la Alfahura (1892) o el del Puerto de Chirivel (1906), ánforas, objetos de adorno, paramentos de construcción, monedas y otros objetos de época; pero el asentamiento permanente de El Villar en Chirivel, estudiado y descrito por primera vez a finales del siglo XVIII por el cura ilustrado Antonio José Navarro, sigue proporcionando a los investigadores una información útil y restos arqueológicos de cierta envergadura, como el Dionysiuos, escultura del s. II, popularmente conocida como <<El Chirivello>>, hallada en el curso de unas excavación en 1985. Los miliarios encontrados en la ruta Levante - Sur y otros indicios plantean serias dudas de que, efectivamente, se trate de la antigua población de <<Ad-Morum>>, ubicada en la Vía Augustea y citada en el <<Itinerario Antonino>>. En cualquier caso, la relevancia de los asentamientos romanos en Los Vélez se han puesto de manifiesto en las recientes prospecciones sitemáticvas realizadas por los profesores de la Universidad de Granada Francisco Muñoz y Cándida Martínez, con resultados positivos en término de V. Blanco: Macián, Las Canteras, Leria, Alfahuara, Los Valencianos, Las Almohallas, etc.
Tras la descomposición del Imperio Romano, se observa un abandono paulatino de los asentamientos, pero no se conoce qué tipo de ocupación se produjo. Sólo disponemos de un tridente visigodo encontrado casualmente en Tío Claro y restos de construcción (sillar y columna) próximos al casco urbano de V. Rubio.
Con los inicios de los tiempos musulmanes aparecen los primeros poblados en la región, como prueban las cerámicas y necrópolis encontradas en el Cerro del Castillo, del Judío (Vélez Blanco), Xarea y Castellón (Vélez Rubio). Durante el largo, intenso y, relativamente, próximo periodo de civilización musulmana, Los Vélez aparecen como un lugar de frontera, recóndito, peligroso y, como es natural, escenario de enfrentamientos bélicos; de manera que los testimonios más espectaculares que aún se conservan tienen un claro origen militar: del lado del Reino Nazarí de Granada (s. XIII-XV), restos de las fortalezas del Velad Al Abiad (V. Blanco), Velad Al Ahmar (Castellón de Vélez Rubio); del bando cristiano, las de Xiquena y Tirieza ( en término municipal de Lorca). Así como numerosas torres de vigilancia: Charche, Fuente Alegre, Piar, Montalviche, Cotos, Pozo Belmonte. Sin embargo el patrimonio heredado, aunque modificado y transformado por los castellanos conquistadores, fue y es mucho mayor: la organización de los riegos, la estructura de ciertos barrios urbanos, el origen de muchos topónimos, el aprovechamiento del terreno para cultivos de riego, etc.
Posteriormente, a partir de la conquista cristiano-castellana de finales del s. XV (1488), los restos son de mayor envergadura y permanecen, por lo general, en sus lugares de origen, aunque en un futuro se espera aumentar la exposición de este Museo con muestras culturales de las edades Moderna (XV-XVIII) y Contemporánea (XIX y XX).
Sería injusto no recordar a cuatro eminentes hombres de ciencia que, con su esfuerzo intelectual y personal, nos han proporcionado datos e interpretaciones sobre los materiales encontrados; o bien, han sistematizado y divulgado los conocimientos entre la población.
D. Juan Rubio de la Serna (1834-1917), prestigioso arqueólogo nacido en Vélez Rubio, pero afincado en Barcelona donde desarrolló su labor investigadora, nos legó su modesta <<Monografía de la Villa de Vélez Rubio y su Comarca>> (1900), en realidad un ensayo local sobre <<antigüedades>>.
D. Fernando Palanques Ayén (1863-1929), erudito de Vélez Rubio, entre sus numerosos escritos figura la monumental <<Historia de Vélez Rubio>> (1909), donde se hace un profundo, documentado y exhaustivo recorrido por la prehistoria y arqueología de la comarca velezana.
D. Miguel Guirao Gea (1886-1977) Véase texto aparte.
D. José A. Tapia Garrido (1914-1992), cura, cronista oficial de Almería, prolífico divulgador histórico y autor, entre otras, de la densa <<Historia General de Almería y su Provincia>>. En su obra, <<Vélez Blanco, villa señorial de los Fajardo>> (1953), nos trazó, al igual que sus antecesores, una panorámica de los conocimientos sobre arqueología a mediados de siglo.
Actualmente, los hallazgos siguen produciéndose con relativa frecuencia, incrementados en los últimos meses a consecuencia de las obras de la Autovía (A-92) a su paso por Vélez Rubio y Chirivel, poniéndonos al descubierto nuevos asentamientos (aún en fase de estudio) o profundizando en antiguos yacimientos: necrópolis musulmana de Jarea o enterramientos del Cerro de los Pinos, ambas en V. Rubio.
La mayor preocupación social por la conservación de estos restos culturales, junto con la normativas específicas de protección y la necesidad de divulgar este patrimonio colectivo, nos garantiza la posibilidad de que, en el futuro, el Museo vea incrementados sus fondos con nuevas aportaciones de particulares o a consecuencia de excavaciones científicas.