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Sesión Ordinaria de 14 de octubre de 1883
Srs. Del Ayuntamiento Miguel García Saez. Juan Martínez. Daniel Molina. Nazario Saez. Juan Diaz. Raimundo Lopez. Francisco Martínez. Antonio Martínez. Andrés Martínez. Francisco García.
En la villa de Líjar a catorce de octubre de mil ochocientos ochenta y tres, reunidos los Srs. Del Ayuntamiento que al final suscriben, en Sala Capitular y Sesión Ordinaria bajo la presencia del Sr. Alcalde D. Miguel García Saez.
Abierta la sesión se dio lectura de la acta de la anterior y se aprobó por unanimidad.
Se dio cuenta de cuantas ordenes se han recibido en la semana y se acordó su cumplimiento por quien corresponda.
Por el Presidente se hizo saber al Ayuntamiento, que al pasar por la Ciudad de París, el Rey D. Alfonso de regreso de su viaje el día veinte y nueve de septiembre último, fue insultado, apedreado y cobardemente ofendido por turbas miserables, pertenecientes a la Nación Francesa.
Que el más insignificante Pueblo de la Sierra de los Filabres, debe de protestar en contra de semejante atentado, y hacer presente, recordar y publicar, que solamente una mujer vieja y achacosa, pero hija de España, degolló por si sola treinta franceses que se albergaron, cuando la invasión del año ocho en su casa. Que este ejemplo solo, es muy bastante para que sepan los habitantes del Territorio Frances, que el pueblo de Líjar, que se compone únicamente de trescientos vecinos y seiscientos hombres útiles, está dispuesto a declararle guerra a toda la Francia, computando por cada diez mil franceses un habitante de esta villa. Pues es necesario que sepa el Territorio Francés, que España ostenta en su escudo, la insignia de más valor que puede ostentar la primera nación del Mundo. Tiene en la nada menos que un León. Cuenta la Historia Española, un Sagunto, un San marcial, Bailén, Zaragoza, Otumba, Lepanto y un Pavía, que ninguna Historia de las que se conocen hasta el día puede presentar ejemplos tan terribles.
Que un Carlos Primero de España, supo hacer prisionero a un Rey Francés, y cuando lo guardaba en Castilla, con cuantas consideraciones se albergan únicamente en pechos Españoles, supo el solo atravesar, la Francia aterrorizando con su figura el Mundo. Que también hubo un Felipe Segundo, que en su reinado supo abarcar de uno a otro confín de la Tierra y que ahora, cuando el Pueblo de España, no cuenta ni con un Gonzalo de Córdoba, ni con un D. Juan Chacón, ni con un Conde de Gabia, ni un Dureña Ponce, hay todavía vergüenza y valor para hacer desaparecer del mapa de los Continentes a la Cobarde Nación Francesa.
El Ayuntamiento tomando en consideración lo expuesto por el Alcalde, acuerda unánimemente declararle Guerra a la Nación Francesa, dirigiendo comunicado en forma debida directamente al Presidente de la República Francesa, anunciando previamente al Gobierno de España esta Resolución.
No teniendo ninguna otra cosa que acordar, se levantó la Sesión, estampando la presente acta, que firman los Srs que sabían y los que no signan, de que yo el Secretario Certifico.
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Fragmento del documento de la declaración de guerra de Líjar a Francia
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