A escasos 90 minutos de la capital almeriense se encuentra el Parque Natural más septentrional de la provincia, que limita con Murcia y Granada y al cual se puede acceder desde la autovía del Mediterráneo. Su espectacular belleza, donde se combinan agrestes relieves, la fondosidad de sus bosques y sus cumbres nevadas, rompe con la aridez típica del paisaje de la zona.
Los encinares se configuran como las formaciones vegetales más representativas, aunque la mayor mancha vegetal la ocupan los pinares. Sobre ellos sobrevuelan las rapaces, no siendo difícil distinguir la silueta de algún águila real o azor. Los mamíferos también están bien representados en estos bosques por el gato montés, la gineta o el zorro.
El área forma parte del Marquesado de los Vélez, lo que explica la riqueza de su patrimonio artístico y documental, con yacimientos prehistóricos tan relevantes como los de la Cueva de los Letreros o la Cueva Ambrosio.